Glaucoma | Clínica El Brillante

El glaucoma es una enfermedad crónica que se caracteriza por el daño progresivo del nervio óptico y la pérdida de la visión. Aunque actualmente no se dispone de una cura definitiva para el glaucoma, existen varias técnicas que pueden ayudar a controlar la enfermedad y evitar su progresión. Estas técnicas incluyen la medicación con colirios, la cirugía y las terapias láser. El uso de estas técnicas se justifica por la necesidad de reducir la presión intraocular, que es el principal factor de riesgo para el glaucoma.

Al controlar la presión intraocular, se puede prevenir o retrasar la progresión del daño al nervio óptico y preservar la visión del paciente. Por lo tanto, es fundamental que los pacientes con glaucoma reciban un seguimiento oftalmológico regular y un tratamiento adecuado para evitar complicaciones graves.

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Preguntas frecuentes

El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que daña gradualmente el nervio óptico, que es vital para una buena visión. Por lo general, está asociado con un aumento en la presión intraocular, pero también puede ocurrir con presiones normales. A medida que progresa, el glaucoma puede causar una pérdida gradual de la visión periférica, que puede avanzar a la ceguera si no se trata adecuadamente.

Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de glaucoma, edad avanzada, presión ocular elevada, raza (afroamericanos, asiáticos y latinos tienen un mayor riesgo), diabetes y miopía. El glaucoma generalmente no presenta síntomas tempranos, por lo que es importante someterse a exámenes oculares regulares, que pueden incluir pruebas de presión ocular, evaluaciones del nervio óptico y pruebas de campo visual, para detectar y diagnosticar el glaucoma en sus etapas iniciales.